jueves, 19 de mayo de 2011

El miedo

El miedo es un pasajero oscuro que va reventando cabezas flojas de convicciones, es el acompañante invisible que nos lleva a pensar que en cualquier momento podríamos perder todo.
El miedo puede hacernos ver todo aquello que no queremos, nos hace ser precavidos también y tal vez eso sea lo único que tiene de bueno ya que algunos en algunas situaciones no podemos ver claro si algo o alguien no nos está metiendo uno o más dedos en el culo.
El miedo entra sin permiso al placard en el que guardamos los sueños y los llena de preguntas que nunca nos habíamos hecho, y debe ser por eso que cuanto logramos alcanzar uno de esos sueños y lo abrimos, lo acariciamos y nos enamoramos, encontramos al miedo en forma de temor a la pérdida.
El miedo nos da vueltas y es humanamente imposible no sentirlo y lo sentimos porque afortunadamente podemos pensar racionalmente. Bah, no sé hasta que punto es afortunado o desgraciado que podamos ser racionales, a veces se nos va la mano no?
El miedo y la codicia a veces se alían, y eso es lo que hace que a un hombre se le desfonde la bolsa de valores básicos de la vida y que se largue a hacer unas cuantas barbaridades sin mediar en su cabeza las consecuencias que podría traer.
El miedo puede ser bueno o malo pero cada uno sabrá cual de los dos cabe según lo que se viene sintiendo, porqué y como.




El miedo a perder no es el único miedo, pero si es al menos el más fuerte de todos.
Tenemos el miedo a encontrar, un amor por ejemplo... aunque no sea lógico, en está época de muchos amores cruzados pero de pocos con la llama encendida hay quienes siempre andan con el miedo de encontrar al amor verdadero.
Existe también el miedo a no saber comportarse y es a mi parecer un miedo injustificado e imbécil pero ciertamente existente. Hay quienes en el arte de la impostura ante situaciones que supuestamente requerirían una mimetización son unos maestros. Sepan todos que esos llegan a sus casas y son los mismos que fueron antes de salir a mentir en la vida.
Otro miedo es el de equivocarse en las decisiones y este puede que sea el que más angustia puede traer porque claro, define nuestros próximos pasos y lleva a nuestra vida por caminos poco certeros y en los que tenemos que caminar a ciegas. Definir nuestro próximo paso es un riesgo y esto es de terror. Este miedo se conecta directamente con el miedo a perder.
Y existen los miedo a particularidades como pueden ser las tormentas que pueden devenir de algún trauma del que uno no pudo recuperarse, o a los animales, al ridículo, a las plumas. Si, aunque usted no lo crea existe el miedo al plumaje de las aves.
Casi siempre, tratando de evitar estas particularidades puede uno seguir de largo, claro que lo mejor sería enfrentarlas y superarlas pero eso es otro tema.


Cuantas veces a ustedes les dijo su madre o abuela al despedirse para ir al colegio, aventurate? Apuesto a que nunca. Cuidate es siempre la opción a la hora de dar una palabra penúltima a nuestro niño en la familia antes de que se vaya al colegio. La última palabra casi siempre habla de amor.


Mi mayor miedo se me puso enfrente cuando nacieron mis hijos.
Tuve miedo de todo: de que murieran ellos, de morir yo, de que no lleguen a disfrutar de sus dos Bisabuelos vivos, de que me dolía la mano y que soñe que era un cáncer, de que me dolía la cabeza y pensé que era un cáncer también, de que me atropelle un colectivo o me caiga un piano en la cabeza cual dibujo animado, en fin, de que alguna fatalidad me aleje de ellos de alguna manera.
Pensé hasta en dejarles grabaciones con mi voz, en dejar mis canciones grabadas para que las escuchen, de grabarles también cuentos y en dejarles una lista de canciones que marcaron mi vida y que me gustaría que escuchen... en definitiva, pensé en dejarles algo de mí para que me conozcan, me recuerden y si fuera posible aprendan algo de todo eso.
Tal vez otro miedo sea el de no saber si voy a ser un buen padre así que me esfuerzo constantemente para serlo, y resulta bastante bien. Creo que hago un muy buen trabajo.
A pesar de todo el miedo pasó en su mayor parte cuando empezaron a sonreír, las risas felices despejan la angustia.
Ahí me di cuenta de que lo mejor era reírme con ellos y compartir a cada segundo una buena enseñanza o un buen momento o una linda canción que no deje pasar por enfrente alguna fatalidad imaginaria.


Matar al miedo pero ser precavido de igual manera, eliminar la sensación de la pérdida inevitable pero sin descuidar lo que tengo.

4 comentarios:

  1. Es genial... Soy miedosa, odio mis miedos, me producen "miedo", valga la paradoja. Los hijos t llenan d miedos y al mismo tiempo t hacen sentir q encarás un tren d frente! Besos mil vaquita, Adrymess.

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  2. complejo el tema. muy mucho

    nunca fui un tipo de miedos irracionales. pero a medida que avanzaba el embarazo de caro, mas paranoico me ponia el hecho de pensar que podia pasar algo y no podia hacer nada al respecto
    el miedo a que no importa cuanto quieras evitarlo no podes. fue una sensacion de mierda.
    pero tuvo su contraparte.
    aprendi a disfrutar cada momento de mi hijo, sin pensar que puede faltar

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  3. y por otro lado, a modo de anecdota te cuento que cuando pise un dojo de aikido por primera ves, en un poster decia: el fin ultimo del guerrero no es vencer sus miedos, sino aprender a convivir con ellos.

    ahi entendi que ser temerario es ser un pelotudo apurado. y que la reflexion es la que nos lleva a lugares mas felices

    me puse esoterico

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  4. y asi es como muchas veces el miedo paraliza, pero tambien ayuda! ♪...lo contrario del amor no es el odio ni el dolor es el miedo...♪♫

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